Quien soy

Mi nombre es Virginia Vallejo Villate. De profesión, soy diseñadora industrial. Además, tengo formación universitaria en arquitectura y matemáticas. Me desempeñé por muchos años como académica, tanto en la Universidad de Chile (Facultad de Arquitectura) como en la UTEM (Facultad de Diseño).

Desde niña traigo la habilidad de percibir e interpretar experiencias desde los planos espirituales. Fue precisamente el tener este tipo de experiencias lo que me llevó a la búsqueda de una formación académica sólida, donde no encontré las respuestas que buscaba.

Decidí entonces probar en otras áreas y me formé como terapeuta en varias disciplinas: reiki, gemoterapia, coaching, cromoterapia y registros akáshicos. Fue en esto último donde por fin logré darle un nombre a las experiencias que me han acompañado por tanto tiempo y que son la base de mi trabajo actual.

Mi trabajo

Durante los últimos diez años he desarrollado mi propia metodología, a la que llamo metodología terapéutica integrativa. La considero como una disciplina complementaria a la medicina tradicional y por ningún motivo está pensada para reemplazar cualquier tratamiento médico. Se basa en los siguientes pilares:

  • El trabajo del darse cuenta.
  • Reconocimiento de las memorias dolorosas.
  • Reconocimiento de los tipos de soledades.
  • Potencial creativo del Ser.
  • Relación entre Ser y Hacer.
  • Reconocimentos de las emociones básicas y el miedo.

Utilizando elementos artísticos y espirituales, la vivencia terapéutica integrativa se centra en la reconstrucción emocional/espiritual de la persona mediante la combinación de tres grandes áreas de la vivencia humana: el pensar, el sentir y el hacer.

El trabajo se puede hacer tanto en clases personalizadas como en talleres grupales donde el foco puede estar, dentro de otras áreas, en:

  • El manejo del estrés.
  • El manejo de la ansiedad.
  • El manejo de conflictos.
  • La resignificación del trauma psicológico.

Pero mi trabajo también tiene su foco en personas que estén en una búsqueda espiritual profunda.

Elementos de la metodología

Registro Akáshico

Usualmente, la lectura del registro akáshico se utiliza para explorar la memoria del viaje del Alma, para encontrar algún sentido o explicación más profunda a las vivencias en nuestras vidas. Eso también es parte de mi trabajo.

Cuando lo usamos en esta experiencia integrativa, lo utilizamos para encontrar una guía, un mapa de ruta, para el camino que queremos transitar. Esto le da un significado muy amplio a la reconfiguración que perseguimos, al incorporar elementos trascendentes que apuntan directamente a la búsqueda de sentido.

Terapia Ilustrada o Ilustración Curativa

Una vez que tenemos nuestro mapa de ruta, emprendemos el viaje para reconstruir nuestra relación con el pasado, sanando las imágenes que nos conectan con él. Al igual como Ziley Mora, con su ontoescritura, la terapia ilustrada busca recorrer e ilustrar nuestra historia, encontrando un nuevo relato, profundo y lleno de nuevos significados, que nos entrega herramientas para aprender a aprender, aprender de nosotros mismos y reconocer nuestro Yo Soy. Aquí es donde comienza el descubrimiento de temas como las emociones básicas, el Ser en el Hacer, el desarrollo de la observación, el desarrollo de la percepción, la creación de mapas mentales.

Con la ayuda de música, cuentos y colores, cada persona va creando su propia ilustración desde el pensamiento visual que llega desde su propio Ser. Para esto, no se necesita experiencia previa si no las ganas de abrir la conciencia para recuperar la propia biografía.

Terapia de Cristales

La terapia de cristales de cuarzo o cristaloterapia forma parte de la llamada medicina del Alma y es un gran apoyo para los procesos de apertura de conciencia, trabajando en distintos niveles energéticos.

Los cristales de cuarzo, al ser colocados en el cuerpo, ejercen una influencia muy grata, pues armonizan tanto el exceso como el defecto en alguna disfunción de la energía vital. Son un regalo que ofrece la naturaleza en nuestro beneficio. Aportan vitalidad, lucidez, tranquilidad, equilibrio. Se conectan con lo más profundo del Ser, transmutando y limpiando nuestras desarmonías.

Testimonios

Cecilia Álvarez González

Psicopedagoga

Llegué a trabajar con Virginia con un mazo en la mano, cual troglodita. Salí de la cueva para entrar en un mundo nuevo lleno de percepciones nunca antes observadas, como fueron colores , olores, movimientos, palabras, ejercicios de imaginería , música, formas geométricas, cristales, bellas texturas. Todo esto organizado de forma exquisita y con todo el amor que uno pueda sentir. Con la estética al mejor nivel y todo rodeado de absoluta belleza.

Cada aventura comenzaba con un maravilloso cuento que me guiaba, enseñaba y aclaraba muchas dudas del alma. Estos cuentos eran elegidos con pinzas para mi. Pensados y elegidos para que yo me sintiera la persona más importante del orbe. Me causaba emoción suprema sentir que para alguien (Virginia) esta troglodita era importante. Los cuentos tuvieron un significado inmenso y fue tal su impacto en mi vida que actualmente los he ingresado a mi trabajo. Observo con gran emoción que provocan tanta alegría, aprendizaje y asombro como lo hacían conmigo.

Entonces mi mirada interna iba transformándose y edificándose de muy distinta forma a la que llevaba. Se tornó en una mirada dosificada, más suave, más amorosa, compasiva, reflexiva, amplia, femenina, espiritual y humana.

Conocí lo que significaba la palabra emociones y aprendí a identificar cada una de ellas. Supe que habían varias. ¿Dónde se encontraban hasta ese momento de mi vida que no las conocía?.

Mi trabajo con Virgi duró más de siete años y verdaderamente espero poder explicar el gran cambio que tuve. Pasé de la inconciencia misma a ser una mujer consciente. Ahora me siento bastante feliz de ser quien soy. De la mano de Virginia, cada día era una mejor persona, pues era vista, amada y acogida tal cual era yo, sin juicio y empoderada. Cada pasito que daba era festejado con una bella melodía, un cuento maravilloso, un ejercicio que sacaba lo mejor de mi y que, la mayoría de las veces, ni yo sabía que era parte mía.

Aprendí a ubicarme espacialmente en este mundo, pues aprendí que el norte es muy diferente del sur. Que la vida tiene un norte y que cuando lo descubrí, pude caminar derecho y sin curvas. Aprendí que la vida se puede trasladar o proyectar. Y por sobre todo, vivir. Aprendí que se pueden unir los pedazos fragmentados que dejan los abusos de todo tipo, pues Virgi me fue colocando algodones de colores en cada herida. Aprendí el valor de las relaciones que tengo en el día a día . Aprendí a aceptar a las personas tal cual son. Conocí la palabra energía vital. Descubrí lo que significa lo femenino y a inundarme de él. Pues en este sociedad no es enseñado ni siquiera nombrado. Me empapé de lo femenino y apareció la magia, la belleza, la mujer con sus bellos ciclos. Apareció la Venus dormida.

Aprendí que soy muchas roles, muchas sucesos, pero por sobre todo, Virgi me enseñó que soy única. Eso me dió valor en esta vida. Aprendí lo que era la humildad, la palabra inmigrante, la palabra amor y la ternura.

Aprendí a escribir la frase Yo Soy y a empoderarme de ella. Configuré mi mapa mental. Aprendí a soportar las tormentas y estar en mi centro. Aprendí que el arte es una vía de sanación maravillosa que Virgi la realiza con bellos gestos y mandalas. Aprendí amarme a mi misma, a emocionarme de su bondad y generosidad en su trabajo.

Todo este trabajo siempre estuvo guiado por el pájaro del alma que me acompañaba cual ángel de la guarda. Aprendí a atesorar y ver el simbolismo en todo lo que nos rodea , pues todo conlleva un ritual. Aprendí de esto el valor de nuestras fotografías, que son un alfabeto y lenguaje para nuestra comprensión. Con todo esto, mi mundo tuvo un vuelco de 180 grados. Yo lo digo así: AV y DV, que significa, antes de Virgi y después de Virgi.

También digo que Virginia es mi madre espiritual, pues me condujo por la buena senda.

Me faltaran vidas para agradecerte querida amiga. Pues pasé de ser una oruga a transformarme en una bella y radiante mariposa.


Marlene Contreras

Profesora de arte

Llegué prácticamente sin recordar cómo usar un lápiz de color. Era difícil hasta tomarlo. Así estaba también mi vida, sin saber cómo tomarla. Soy profesora de arte, así es que ésto era devastador. La primera pregunta que vino a mi mente fue ¿dónde he estado?. Abandoné el Arte por muchos, muchos años. Desconocía la vital importancia que tenía para mi ser.

Encontrar la terapia de Virginia fue sacar la tela con la que cubría mi espejo. Pasito a pasito fui descubriendo mis virtudes, mis defectos, mis emociones, en qué estado estaban, qué hacer con ellas e incluso, por qué no decirlo, recordar hasta los sueños más olvidados.

Lo bello en mi caso fue recorrer éste camino de la mano del color y el dibujo. Hoy no puedo estar sin el Arte, me reencontré con mi energía vital.

Su terapia es un hermoso viaje donde no existe el tiempo. Puedo ir y venir, caminar sola, estar un corto tiempo. O volver hasta sentirme firme otra vez. No existe el tiempo, pero sí un gran espacio en el que me siento totalmente contenida, amada y cuidada. Fui por un cubo de hielo para refrescar un poco mi vida y encontré un blanco continente con mucho por explorar y una guía excepcional.

Desperté mi arte.

Desperté mi esencia.

Desperté mi vida.

Gracias Virgi.


Candelaria Urzúa

Estudiante de Arte, Universidad Católica.

Mi cambio de mirada al trabajar con Virginia fue radical. No sólo empecé a ver el mundo con otros ojos. También mis días se llenaron de luz y empecé a disfrutar de las pequeñas cosas. Como mirar los colores de las flores, la texrura de los árboles, el movimiento de los objetos. Poco a poco las cosas más cotidianas se transformaron en pequeños momentos de relajo y disfrute. Pude descubrir que con algo tan simple como nuestro entorno, fui creando un mundo tanto interno como externo maravilloso, lleno de paz y cariño.

Empecé a tomarme las cosas con más calma. Mi día ya no funcionaba a mil por hora. Me di cuenta que lo más importante soy yo, luego viene la universidad y obligaciones. Primero debo estar bien yo, tranquila conmigo misma para poder cumplir con mis deberes.

Con lo primero que me encontré fue con una persona, preciosa, humilde y extremandamente generosa. Gracias a su eterno amor me di cuenta que el resto del mundo también me puede querer. Sin conocerme me entrego un cariño único que en ninguna otra parte he encontrado. Su manera de ser tan acogedora, hizo que mi mirada respecto a mi y a mi vida se volviera plena.

Mi vida ha vuelto a llenarse de colores, gracias a su forma de trabajar y atender.


Daniela Álvarez

Estudiante de Interpretación Musical (Viola), Universidad Católica

Mi trabajo comenzó con los colores, formas y sueños.

Ella, Virginia, veía cosas que ni yo sabía que existían dentro de mí, que eran parte de mi esencia. Empecé a descubrir otra vez los colores, las formas. Mirando hacia atrás, no me explico de donde salía tanta creatividad.

Cuando llegué, me sentía vacía y gris. Apenas si pintaba. Y si lo hacía, era con mucho desgano. Me costaba empezar los dibujos. Creo que el primero fue el que más me costó, pero desde ese inicio salió el impulso desde mi lápiz para pintar y darle formas a lo que sentía. Podía pintar la pena de celeste y seguía siendo hermosa tal como el cielo y el mar; la alegría de naranjo como el sol; podía pintar de gris el abandono. Descubrí que podía darle forma a mis emociones y sensaciones. El amor se veía con muchos colores y la alegría empezaba a llegar como un sol a mi día a día. A veces estaba un poco nublado, otros días con lluvia y otros era una gran tormenta de nieve.

Entendía que había múltiples formas de dibujar la pena o la alegría que me inundaban. Podía dibujar por horas. Sin darme cuenta, de a poco, fui terminando los mandalas. Cuando los miraba, no podía creer que los había hecho yo: eran hermosos!!!

Me reencontré y reencanté con mi infancia, con mi niña interior. Ahora estoy encontrando una rendija hacía mi espíritu, que puedo visitar cuantas veces quiera.

Aunque pareciera que fuese toda una vida lo que llevo pintando, recién estoy comenzando en el arte. En el arte de amarme a mi misma, de quererme, de perdonarme.

Pude encontrar mis propios colores, que son únicos.

Gracias.

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